13/03/2016

Thad Jones/Mel Lewis Orchestra All My Yesterdays


THE THAD JONES/MEL LEWIS ORCHESTRA

All My Yesterdays: The Debut 1966 Recordings at the Village Vanguard
(2 CD + libro de 87 págs.; Resonance HCD-2023)


Thad Jones (tp, fisc, arr, dir); Jimmy Nottingham, Snooky Young*, Jimmy Owens, Bill Berry, Danny Stiles** (tp);
Bob Brookmeyer* (tb-pist); Garnett Brown, Jack Rains, Tom McIntosh** (tb); Cliff Heather (tb-b);
Jerome Richardson, Jerry Dodgion (sa, cl, f); Joe Farrell (st, cl, f); Eddie Daniels (st, cl);
Marv “Doc” Holliday*, Pepper Adams** (sbar);

Hank Jones (p); Sam Herman (g, perc); Richard Davis (b); Mel Lewis (bat).

Grabado el 7 de febrero* y el 21 de marzo** de 1966. Duración: 48:49/77:13

Como un dinosaurio solitario, la Vanguard Jazz Orchestra lleva cincuenta años y unas semanas apareciendo los lunes en el Village Vanguard de Nueva York. Cuando salió del cascarón, el primer lunes de febrero de 1966, Basie, Ellington, Woody Herman y Stan Kenton aún vagaban por el planeta.

Buena parte de lo que sonó en aquel santuario de Manhattan aquel lejano lunes —y el de seis semanas después— se puede revisitar ahora en cedé gracias, por partida doble, a Resonance Records: por una parte porque esa es la discográfica que lo ha publicado y, por otra, porque su presidente, George Klabin, fue el chaval que, con 19 años, grabó a la banda in situ

La historia de estas grabaciones es un triunfo con regusto agridulce. El locutor de radio Alan Grant (la voz del Smokin' at the Half Note de Wes Montgomery), el mismo que encargó a Klabin la grabación de esos dos bolos, publicaría, años más tarde y sin autorización, parte de esta música, probablemente a partir de una copia que le habría pasado en su momento el propio Klabin. Luego volveremos sobre esto.

La banda que nos ocupa nació a raíz de la desaparición de la Concert Jazz Band de Gerry Mulligan por una parte y, por otra, de la contratación, rechazo y cesión por parte de Count Basie de unos temas de Thad Jones, antiguo miembro de su orquesta. Todo eso, como cuentan las crónicas, más la voluntad de unos cuantos locos de las big bands como los propios Jones y Lewis, más Bob Brookmeyer, capataz de la CJB que admitió en su momento haber empujado y obligado a Mulligan a formar dicha banda.

Lo que diferencia a la Thad Jones/Mel Lewis Orchestra, punto de inflexión en la historia del jazz de grandes formaciones, fue su flexibilidad y el papel fundamental de su director: Jones acortaba, estiraba, metía o sacaba secciones de cualquier tema sobre la marcha (se le oye gritar a su hermano mayor, Hank, durante su solo en su composición "Ah, That's Freedom"). Su afición a pillar a la banda desprevenida aparece desde su mismo nacimiento, cuando, contra lo previsto, mandó tocar "Back Bone". No es más que un blues en do, de acuerdo, pero no era el tema previsto para abrir el bolo. Ni lo habían ensayado. En una de las entrevistas incluidas en el libreto, Jerry Dodgion explica cómo Jones le señaló y le puso en el brete de iniciar, en solitario, tan ilustre singladura. Así ocurrió:

Solistas: el saxo alto es Jerry Dodgion; los trombones, Bob Brookmeyer desde 4:19 y Garnett Brown a partir de 8:02.


Aparte de la flexibilidad y la aparente informalidad de sus procedimientos (oigan a algunos miembros de la orquesta cantar riffs detrás del solo del líder en "Little Pixie"), el otro aspecto principal es su atención a la dinámica, cómo la banda podía pasar en un respiro de tocar entera a todo gas a un solo de contrabajo. En “Once Around”, por ejemplo, Lewis desaparece y es sustituido por el mero chasquido de unos dedos llevando el compás mientras Richard Davis se encarga él solo de mantener el pulso hasta que, al cabo de un rato, regresa la banda al completo. En un momento del mismo tema, Pepper Adams toca completamente solo, con el único acompañamiento de las palmas de Thad Jones.

Así que tenemos flexibilidad, dinámicas extremas, virtuosismo instrumental (de las escobillas del colíder Mel Lewis para arriba), que está todo muy bien, pero es que además está la excitación y la diversión que vivieron los músicos en esas noches. "Once Around" constituye un buen ejemplo, con un solo sensacional del raramente excitable Hank Jones, aquí empujado por su hermano, la batería de Lewis, toda la banda y el público. También es notable el desmelene de un profesional de los estudios como Jerome Richardson en "Little Pixie".

Volviendo a la edición pirata de Alan Grant (Opening Night, BMG 74321519392; Nueva Zelanda, 1997), no ha recibido publicidad en los medios y, mucho menos, simpatía de los propios músicos. No obstante, ahí está y debe comentarse.

En primer lugar, la calidad de sonido, especialmente la mezcla, es mejor en la edición de Resonance. Aparte de cierto desgaste de la cinta ("Ah, That's Freedom" hacia 4:23) y un defecto en las dos primeras notas del solo de Thad Jones en "Once Around" (donde el sonido es un poco pastoso), la versión oficial es prácticamente impecable, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de cintas grabadas en vivo hace cincuenta años por un adolescente. La edición de BMG también presenta algunos problemas de velocidad/afinación bastante notables en algunos cortes.

Hay muchos motivos, incluso morales, por los que la versión de Resonance es la que merece la pena, pero deben señalarse las siguientes partes del cedé de BMG que faltan en Resonance: el corte "Introduction", una breve charla entre Grant y Mel Lewis (de una emisión de radio de Grant anterior al primer bolo, posiblemente de su programa para WABC-FM del viernes, 28 de enero); la presentación hablada de "Mornin' Reverend" en la que, a pesar del mal sonido, se nos informa de que es el tema que abrió uno de los pases del primer lunes y de que el reverendo del título es el Padre John Gensel, una especie de capellán del jazz en Nueva York, presente en la sala; finalmente, hay tres versiones de la edición BMG que no están en la de Resonance: "All My Yesterdays", "Low Down" y "Willow Weep for Me"; esta última es la más interesante: el primer solo de Thad Jones resulta muy atractivo por el modo en que entra y sale de la armonía subyacente y, curiosamente, le falta el glissando lento de los trombones en el segundo compás del arreglo. Por el contrario, en la edición de Resonance, aparte de ofrecer nueve temas absolutamente inéditos, son más extensas las tomas de "Big Dipper" (la intro, con Richardson y Nottingham "dialogando") y "Little Pixie" (el fundido del final llega más tarde).

Hay muy poco que criticar de esta lujosa edición. El libro, de casi 90 páginas, contribuye mucho dar ambiente, aunque un buen par de tijeras podría haber aligerado el texto sin robarle contenido. El sonido es excelente, y la música no sólo constituye un momento histórico en la historia del jazz, sino que rebosa swing y es una alegría para los oídos.

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