18/03/2014

Paco de Lucía: introducción por tangos y posdata

En las necrológicas que se han publicado sobre Paco de Lucía, mucho se ha insistido en sus exploraciones allende las fronteras del flamenco y sus fusiones con otras músicas, pero lo cierto es que nunca se alejó demasiado de sus raíces, y la inmensa mayoría de sus grabaciones pueden agruparse según los palos del flamenco. Como dijo él mismo, «hay otras músicas que admiro, pero no me hacen sentir lo que me hace sentir el flamenco. Te rompe.».

Paco de Lucía y Camarón de la Isla (foto de José Lamarca)
De esos palos, el de los tangos, típicamente gaditano, de la misma provincia que Camarón y el propio Paco, debe de ser el más sencillo de asimilar para oídos acostumbrados al omnipresente 4/4 del pop, el rock y casi todo el jazz. No solo comparte el compás cuaternario, sino que los acentos tienden a caer en el 2º y 4º tiempos, de forma que tampoco es tan difícil imaginar el típico hi-hat jazzero superpuesto en esos tiempos.

No pretendo que haya una sola puerta de entrada para un tipo de música dado, ni creo que esté de más hacer un esfuerzo por apreciar músicas ajenas a uno. Aun así, ya que la mayoría de los lectores de estas páginas son aficionados al jazz, con oídos muy hechos al 4/4 con swing, he pensado que no estaría mal subir una breve selección de tangos de Paco de Lucía. Se pueden escuchar en YouTube o Spotify.

Aparte de los populares "Sólo quiero caminar" y "Como el agua", cantados respectivamente por Pepe de Lucía y Camarón de la Isla, yo destacaría "La Cañada" y "Me regalé". En el primero (Siroco, 1987), con su tempo animado, la tensión se va acumulando hasta un espectacular pasaje (a partir de 3:12) que luego se disuelve en el precioso tema, que sólo parece al final de la pieza.




"La Cañada"

"Me regalé" (Luzia, 1998), por otra parte, utiliza algo parecido a un pedal para demorar la resolución ("cantan al compás, bailan al compás, y al compás...") y los acordes de Paco detrás de las voces suenan, por su pulsación, más cercanos al jazz que al flamenco.

La que viene a continuación es una versión distinta a la del disco, a cargo del sexteto clásico, con Paco y sus hermanos Ramón a la guitarra y Pepe a la voz, más Carles Benavent al bajo, Rubem Dantas a la percusión y Jorge Pardo a los vientos, con el bailarín Joaquín Grilo aquí invitado al cajón. Quizás porque esta versión aparece en una película (Flamenco de Carlos Saura, 1995), en realidad es un popurrí con la introducción de "Sólo quiero caminar", el tema de "La Cañada" y finalmente la melodía y letra de "Me regalé".




* * *

PD: Desde que publiqué la entrada anterior, apenas he escuchado más música que la de Paco de Lucía, sana costumbre que tenía abandonada. El ejercicio me ha servido para apreciar su valor como compositor. Por lo increíble de su toque, parece que ésta es una faceta que se ha descuidado en la apreciación de su legado (el disco 10 de Paco sería una brillante excepcion). No son pocas las melodías pegadizas que ha dejado, y en general consiguió integrar perfectamente recursos de otras músicas en su mundo flamenco.

Aparte, lo cierto es que el impacto de su fallecimiento ha sido inesperadamente fuerte. En parte puede deberse a su edad, pero hay algo más. Un comentario muy habitual estos días ha sido sobre la sensación de que Paco de Lucía era parte inseparable del paisaje, de que siempre había estado ahí. En mi caso esto es literalmente cierto: haciendo memoria me he dado cuenta de que fue el primer virtuoso de un instrumento que me deslumbró a través de la pantalla del televisor, y lo que tocaba, la primera música sincopada que oí en mi vida. Después ha habido mucha más, de otros géneros y otros continentes, el tiempo pasó y, aunque fuese en intervalos de años, uno siempre volvía a su música, bien por las novedades, bien por revisitar su vasto catálogo. Incluso para masacrar su música con la guitarra propia.

Adiós, maestro. La vida sigue.

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