18/07/2011

Jazz, música internacional

Ya ha volado buena parte de julio, lo que implica que unos cuantos músicos de jazz estadounidenses están trabajando duro... en el circuito Europeo. Sirvan como ejemplo los tres festivales que me quedaban prácticamente en la puerta de casa, Getxo, Vitoria-Gasteiz, y Donostia-San Sebastián, u otros ilustres como Marciac en Francia, la feria de muestras que es el North Sea Jazz Festival, Montreux... y muchos otros que constituyen una parte fundamental del calendario de trabajo de unos cuantos músicos de jazz de allende el charco.

La historia del jazz más allá de las costas East y West de EE UU es casi tan antigua como la propia música. Para la década de los treinta, por ejemplo, Buck Clayton ya tenía un bolo en Shanghai (!) y el jazz interpretado en directo por sus principales figuras empezaba a ser habitual en Europa.

¿Y el jazz tocado por "extranjeros"? Es probable que Django fuera el primer foráneo con cierto impacto en la cuna del jazz, tanto con sus grabaciones como por sus conciertos con Duke Ellington que, aunque no fueron un éxito absoluto, parecen haber distado mucho del completo fracaso que parece haber quedado encastrado en la historia oficial del jazz.

¿Y si sacamos a EE UU de la ecuación? ¿Cuándo empezaron a interesarse los "no-estadounidenses" por el jazz grabado por "no estadounidenses"?

Hace unas semanas me compré un triple cedé de la enorme —en todos los sentidos— serie Svensk Jazzhistoria, dedicada al jazz en Suecia. El estimado Roberto Barahona, director y productor del programa chileno de jazz Puro Jazz se enteró y me preguntó si en mi caja venía una versión de "What's New?" interpretada por un flautista que le había vuelto loco la primera vez que la escuchó cuando era prácticamente un crío, en Chile, hacia medidados de los cincuenta. En mi colección no aparecía

Mientras él le preguntaba a su compatriota, el ilustre Pepe Hossiason, yo consulté al historiador del jazz en suecia Jan Bruer y ambos nos dieron la misma respuesta: Philips P 10950 R.

Jan Bruer:
Este elepé de diez pulgadas se publicó en Europa como Swedish Jazz, Philips P 10950 R, y se grabó entre 1955 y 1956. En una cara del elepé viene un medley de baladas con cinco solistas para cinco temas distintos. Rolf Blomquist toca la flauta en "What's New", aunque era más conocido como intérprete de saxo tenor en la banda de Arne Domnérus y la Harry Arnold Swedish Radio Big Band.

Hossiason tenía, además, en su colección, el disco tal como se publicó en Chile:


En breve, la música procede de tres sesiones grabadas en Estocolmo el 7 de diciembre de 1955 y el 10 y 20 de abril de 1956. Las primeras dos sesiones figuran como "jam sessions", y la última bajo los "Bengt Hallberg All-Stars". Hallberg, a todo esto, es el pianista de la versión original de Stan Getz de "Dear Old Stockholm" grabada cinco años antes. Ake Persson (trombón) y Arne Domnérus (saxo alto) también están entre los participantes.

Hay que recalcar que esto es 1956 o 1957, sin internet, ni correo electrónico, ni mp3, muchos menos vuelos transatlánticos, llamadas telefónicas internacionales costosas y complicadas (conferencias las llamábamos en España), y discos del tamaño de un cuadrado de 30 o 25 cm de lado. Y aun así, el jazz hecho en Suecia se consideró apto para su comercialización en Chile o hasta en Singapur. En el mapamundi:


Este es un recorte del Singapore Free Press del 23 de enero de 1957, página 13.


A lo que Bruer añade que puede que este disco también se distribuyera en Australia.

Esto no es más que un ejemplo, pero parece que el jazz empezó a echar raíces y viajar por el mundo antes de lo que algunos pensábamos.

04/07/2011

Citas de músicos: sobre la "vanguardia"

Lo que entendemos por "vanguardia" en el jazz es un concepto curioso: es un tipo de música que tiene más de 50 años, por lo que de nueva tiene poco (aunque habría que ver si la vanguardia de hoy es la misma que la de principios de los sesenta). En cuanto a los aficionados, los más próximos al "mainstream" suelen tener problemas con un concepto musical que les es demasiado ajeno, mientras que sus homólogos de la avant-garde pueden ser tan dogmáticos como aquellos en la defensa de la música que les gusta. Como regla general, yo desconfiaría de cualquiera que afirme cómo debe sonar la música, salvo que sea el artista hablando de su propia obra.

Más de una vez me he (y me han) preguntado cuál sería la mejor forma de abordar la música de vanguardia desde un flanco más convencional. La respuesta la encontré la semana pasada, leyendo el test a ciegas, Before and After, de Bill Milkowski con el guitarrista Russell Malone para Jazz Times, cuando se refiere a su colega de instrumento Mary Halvorson.

... Mary Halvorson. Le he visto tocar. La verdad es que me gusta. Fui a verle a un sitio llamado The Stone [en Manhattan] hace un par de años, estaba con un banda con Chris Cheek al saxo y otros dos músicos. Te diré algo: conozco un montón de gente a la que puede que no le guste esta música, free o avant-garde o como la quieras llamar, pero esta es una música difícil de tocar. Para empezar, los músicos no se suben al escenario a tocar lo primero que se les pasa por la cabeza. Es música compuesta tocada por buenos músicos que saben leer bien. Conozco un montón de gente a la que, si les sacas de lo que les gusta y les pones en una situación en la que tendrían que tocar esta música, probablemente no les saldría tan bien. Yo respeto la habilidad musical que hay aquí, y respeto está música. Esto es buena música. Ella toca bien y es sincera. Esta es otra manera distinta de oír la música. Si no, si todo el mundo tocase y pensase de la misma forma, en el fondo nadie estaría pensando.

Este es Russell Malone tocando "Caravan"...


... y esta es Mary Halvorson tocando "Dragon's Head"